La pregunta del millón: ¿Cómo es tu piel?
Aunque estamos acostumbrados a categorizarla según las clases que nos impone la industria cosmética, los tipos de piel pueden llegar a ser infinitos.
Dicho de forma más cercana, cada persona es un mundo y cada piel, también.
Además de tener la piel seca, normal, mixta o grasa, podemos tenerla sensible, con más o menos arrugas, estresada, agotada, fresca, cuidada, descuidada, con manchas, impoluta, con poro abierto, sin imperfecciones… y así, podría enumerar cientos de posibilidades.
A mí me vuelven loca las marcas que permiten personalizar los tratamientos a cada piel, a cada estación, a cada estado de ánimo,…
Y parece que desde Oriente llega con fuerza y muchos éxitos demostrados, un tipo de cosmética que nos permite adaptar nuestro tratamiento a cada necesidad.
Mi último descubrimiento en este sentido ha sido SKINC, una marca que llega desde Japón, y nos ofrece productos pre-mezclados y personalizables, protocolos en cabina propios y ¡¡¡¡¡¡ATENCIÓN!!!!! el primer Skin Supplement Bar del Mundo.
Os preguntaréis que es eso, pues muy fácil: una ‘barra’ en la que en lugar de bebidas se sirven ¡cócteles cosméticos! mezclados ‘a medida’ y en el acto.
SKINC además nos proporciona productos sin parabenos, sin perfumes y cuyos resultados son visibles en poco tiempo.
Y debe ser por ello que, en tan solo dos años, ha recibido premios de belleza desde publicaciones como Harper’s Bazaar o Women´s Weekly.
El producto estrella de esta marca es My Daily Dose, unos sérums encapsulados customizables de alto rendimiento.
Estas palabrejas quieren decir que, a través de combinaciones de 9 principios activos puros y muy concentrados (vitaminas, antioxidantes…) que logran penetrar en la piel de forma asombrosa, podemos lograr el producto perfecto para nuestra piel.
Si os parece difícil, no os preocupéis: rellenando un sencillo cuestionario en un Skin Supplement Bar, el especialista nos ayudará a elegir lo mejor.
Muy pronto habrá un en Madrid… y adivinar quien será de las primeras en probarlo…
Otra cosa que me encanta y os recomiendo a todas, es comprar el principio activo que necesitéis y echéis unas gotitas en vuestra crema habitual.
Así que ya no tenemos que adaptarnos a productos cerrados y que cubran una necesidad pero no otra… podemos añadir, mezclar y lograr lo mejor para nuestra piel.
¿Se os ocurre una forma mejor de obtener la crema perfecta?