Pensaba esperar a cumplir un mes a dieta para hacer balance y contaros lo fácil que me está resultado seguirla, pero la emoción me invade y no aguanto más tiempo… Esta mañana la báscula me daba la buena noticia: Siete kilos menos… ¡en tan sólo 25 días!
Como ya sabéis las que me leéis hace tiempo, he probado todas las dietas… bueno, todas las «dietas sensatas».
Excepto la locura de la «dieta de los 13 días» que me hizo bajar peso rápidamente pero con un efecto rebote tremendo, no suelo probar dietas que aparentemente absurdas como la dieta de la alcachofa, la del pomelo, la de la manzana…
Las que yo he probado una y otra vez, son las hipocalóricas y disociadas y, tengo que decir que hasta hace unos años, funcionaban de maravilla.
El problema es cuando el organismo ya no responde tan rápidamente a las dietas, y un fracaso tras otro te hacen tirar la toalla (o al menos apartarla de tu vista una temporada…).
El estrés, la ansiedad y un intento desorbitado por ocuparte de todo y de todos excepto de ti misma, te acaba llevando a una situación que jamás (creedme, jamás) te hubieras imaginado.
Y a partir de ahí, como un auténtico yo-yo: bajas 3 kilos y coges 4, bajas 2 y coges 3… y así, suma y sigue.
Pero tuve la suerte de cruzarme con Hedonai en mi camino y no sabéis cuanto me alegro de ello cada vez que me subo a la báscula.
Ya os conté en qué consistía la dieta proteinada y cómo fue el comienzo, así que no me extenderé demasiado en esto.
A modo de resumen, la dieta consiste en tomar menos hidratos de carbono (a través de una lista de verduras permitidas) y reducir las grasas.
La ingesta de proteinas se hace de la forma más óptima para la pérdida de peso rápida y saludablemente.
En la fase 1, las proteinas se toman a base de sobres, barritas y preparados.
En la fase 2, algunas proteinas ya se toman a través de carne, pescado, huevos, etc…
El resto de nutrientes necesarios se toman en forma de complementos (Supradyn, calcio, potasio, magnesio…).
Los primeros 15 días, ya os lo conté, fueron estupendos.
Cuatro kilos menos y un optimismo increíble (un tanto eufórico), una vitalidad que hacía meses que no tenía y un bienestar absoluto hicieron que cuando en mi primera consulta en Hedonai, me preguntara el doctor si me apetecía seguir en fase 1 o quería pasar a la 2, contestara sin titubear, que seguía en fase 1.
Y así he seguido y el balance a los 25 días de dieta son esos 7 kilos menos.
Había leído mucho sobre el sabor de los preparados proteicos y tengo que decir que yo estoy encantada.
Os cuento todas las cosas que he probado y algún ejemplo de las comidas que he ido haciendo.
Mis preferidas son las barritas de chocolate. Con toffee, con caramelo, con coco, con cereales… lástima que sólo se pueda tomar una al día…
Las suelo tomas cuando una de las cinco comidas me pilla fuera de casa o en el coche y son, de verdad, deliciosas.
Otra de las cosas que más me gusta son las tortillas.
Me hago revueltos de espárragos trigueros, de calabacín, y tortillas francesas riquísimas.
También esta riquísimo el crepe de salmón, las hamburguesas de soja, o la crema de calabaza o puerro.
Las verduras las preparo a la plancha, en puré, y la semana pasada me compré un wok que ha sido una gran inversión. Siempre me ha gustado la comida oriental, así que añado brotes de soja, calabacín, berenjena, pimiento, …de todo.
Otras veces tomo las verduras y las proteinas me las preparo en forma de postre: natillas de chocolate, crema catalana, crema dulce de avellana, crepes de vainilla, de chocolate con trocitos… yo no sé quien puede decir que esta dieta no es una delicia…
Mi último descubrimiento ha sido la pasta.
No sabe igual que la pasta que comemos habitualmente, no os engaño, pero me permite tomar un buen plato con salsa de tomate cuando tengo un poquito de ansiedad o me tengo que llevar la comida a algún sitio.
Ahora estoy empezando a hacer el ejercicio más regularmente y si hace mal tiempo, la Wii Fit es mi mejor aliada.
¿Lo que más me cuesta? Beber bastante agua.
Intento beber infusiones pero aún así me cuesta. Me he comprado té rojo, té blanco, té verde y por supuesto las infusiones de 18 plantas que me regaló mi amiga Nuria y que, hasta ahora, son mis preferidas.
(Edito: se venden en Cosmética original)
Y aquí sigo.
Soy consciente de que esta primera etapa es la más espectacular en cuanto a la pérdida de peso y volumen, y de que me quedan meses, pero si todo sigue como hasta ahora, va a ser coser y cantar.
Así que ¿quién se anima?