Reconozco que al entrar en el hall del hotel Palace me temblaban las piernas como a una quinceañera y más de una mariposa se movía mareada por mi estómago al pensar que esa mañana iba a conocer a Antonio Banderas.
La cita era para hablar de su nueva fragancia: The Secret, una fragancia seductora, misteriosa… que invitaba a mirar a través de una cerradura.
Lo primero que os diré es que Antonio es una persona muy puntual, lo que me parece una muestra de respeto poco frecuente en celebrities de su nivel.
En cuanto apareció, la sala del Palace donde nos había convocado empezó a desprender un aroma entrañable, de ternura y cercanía.
Una de las cosas que más me gusta de Antonio Banderas es que hace que su interlocutor se sienta cómodo de inmediato.
Posó con paciencia y mucho humor para los fotógrafos, dejando ver que no es la parte de su trabajo que más le gusta y desprendiendo, me atrevería a decir, cierta timidez.
Otra cosa que me encanta es su sabor español… disfruta trabajando con Puig, una marca española, habla de su tierra, de su vida como si nunca hubiera cruzado el charco, como si no estuviera casado con una de las más famosas actrices de Hollywood…
Pero volvamos a la fragancia.
The Secret huele a misterio, a seducción.
Su envase juega con la imagen de la cerradura, y sellada con un tapón en vidrio negro ahumado… sobrio pero elegante.
Las primeras sensaciones son cítricas. Después menta, bergamota y nos vuelve a sorprender con un toque de pomelo blanco.
El corazón huele a licor de manzana, canela, pimienta. Detrás, un toque oriental con pachuli, haba Tonka y vainilla acaba de darle ese aroma exótico y sugerente.
Antonio también nos desveló que su mejor secreto de belleza es no tener secretos.
Le cuesta mantener rituales de belleza al vivir tanto en hoteles, pero también confesó que lo que le mantiene tan guapo y tan estupendo es la tranquilidad, el yoga que practica hace seis años, la lectura, el té blanco y el tomarse la vida con calma.
Ha aprendido a disfrutar de la soledad y ha alcanzado una serenidad junto a Melanie, que le hace seguir siendo un verdadero «trocito de cielo».
Siempre he pensado que es una pareja adorable.
Ella, una de mis actrices favoritas desde que ví Armas de mujer y él, un español que ha sabido humanizar y darle a la maravillosa Melanie una dimensión cercana y entrañable.
A la salida, le dí la tarjeta de The Beauty Blog y le pedí que se la diera a Melanie.
Él sonrió y dijo un «por supuesto» con una sonrisa y yo me fui más felíz que unas castañuelas… eso sí, castañuelas malagueñas!
¿Qué os parece? ¿Os gusta Antonio Banderas?